Galardón Del Cielo

20 Abril 2014

Basta sólo con decir: Señor, Señor?

Qué fácil les resulta a muchas personas decir… Señor, Señor! cuando tienen un problema,  o necesitan ayuda. Pedir siempre nos resulta fácil cuando tenemos una necesidad que consideramos que no podemos solucionar por nuestros propios medios o esfuerzos. Cuando nos damos cuenta de nuestras limitaciones, entonces, lo primero que nos viene a la mente es aclamarnos al Señor. Mucha gente que ni siquiera se considera creyente, en momentos claves de su vida ha llegado a aclamarse al Señor.

He tratado con muchas personas que me han dicho… yo le he pedido al Señor, pero él no me escucha, no me atiende, no se acuerda de mi, no le interesa mi vida. Cuán equivocadas están estas personas!

Qué pide nuestro Padre para atender nuestras oraciones y súplicas?

El problema radica en que la cultura en que vivimos nos han enseñado mal las enseñanzas y ordenanzas del Todopoderoso Creador. Nos han enseñado que seamos como seamos Él nos acepta y podemos pedirle cuanto deseemos, que Él nos lo va a conceder. Nos han enseñado que con portarnos bien, el Creador de este mundo nos acepta y no nos exige nada más. Nada más cerca y más lejos de la realidad!

Efectivamente, nuestro Padre celestial está dispuesto a darnos todo aquello que le pidamos conforme a Su voluntad (Jn.5:14,15). También es cierto que nuestro Eterno Creador desea que seamos personas de bien y nuestro comportamiento sea correcto y lleno de amor. Y por supuesto que nos acepta tal y como somos… pero hay algo importante que debemos saber, y es que para pedirle, también debemos estar sirviéndole a Él.

Que nos acepte tal y como somos no quiere decir que no necesitemos hacer cambios en nuestra vida para agradarlo a Él. La base del verdadero cristianismo es la fe, y esta fe si es genuina nos lleva a una conversión tan profunda que cambia nuestra manera de vivir, pensar, y sentir. Esto no es algo que se logra al instante, pero poco a poco conforme vamos conociendo más al Creador, su Hijo Yeshua se va manifestando y creciendo cada dia más en nuestra vida y nuestro corazón (Gal.4:19), de manera que nos vamos asemejando cada dia más a él (Ef.4:13),  y el Padre ya no nos ve como criaturas de este mundo, sino como a sus propios hijos.

Por este motivo, es importante tener conciencia de que para recibir bendiciones del Señor, y ser escuchadas nuestras oraciones, debemos tenerlo a Él como Señor de nuestras vidas.

Y sabemos que Dios no oye a los pecadores;  (que pecan voluntariamente) pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ése oye (Jn.9:31).

Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus oraciones; Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal. (1Pe.3:12).

Nosotros debemos servir al Señor, no el Señor a nosotros

Es esencial estar en comunión con nuestro Señor, si deseamos que pueda bendecirnos y escuchar nuestras súplicas y oraciones. Si sólo le pedimos cuando vemos que no hay otro remedio, esto se convierte en interés por nuestra parte y él no nos oye, retira su rostro de nosotros, hasta que verdaderamente nos volvamos a Él en arrepentimiento sincero y le pidamos en estas condiciones. En cambio, si llevamos una vida en armonía con Él, una vida de oración, de estudio personal y práctica de su santísima Palabra, de cumplimiento de Su voluntad en nuestra vida diaria con nosotros mismos y con las personas que nos rodean a pesar de ser imperfectos y pecadores, si nos arrepentimos cada día de nuestros pecados diarios y se los confesamos… Él es Todopoderoso, misericordioso y justo para perdonar.

Recordemos siempre que Yahve (bendito sea su Nombre) está dispuesto a ayudarnos, Él nos ama, pero ante todo es nuestro Padre y como tal debemos obedecerlo y cumplir con lo que nos ordena. A veces, el ser humano comete el error de esperar que el Creador se limite únicamente a escuchar nuestras oraciones, sin presentar una vida de santidad, oración, y dedicación al Señor, como si el Creador fuera un instrumento para hacernos favores y no como el Todopoderoso Creador de los cielos y de la tierra, nuestro Padre Celestial. Nosotros somos quienes debemos servirle como criaturas e hijos suyos, y entonces el Eterno también nos bendecirá como hijos suyos.

Qué dice la Biblia al respecto?

Efectivamente, Yeshua es el Señor, pero también hay que demostrar que lo es para cada uno de nosotros, cada uno de nuestros días, viviendo conforme a sus mandamientos.

Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen bien, porque lo soy. (Jn.13:13)

¿Por qué me llaman ustedes “Señor, Señor”, y no hacen lo que les digo? (Lc.6:46)

Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad. (Mt.7:22,23)

Entre tanto, mi pueblo está adherido a la rebelión contra mí; aunque me llaman el Altísimo, ninguno absolutamente me quiere enaltecer. (Os.11:7)

Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida.  (Jn.5:39,40)

Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado; (Isaias 29:13, Mt.15:7-9)

El Señor, para ser verdaderamente Señor de nuestra vida debe estar en primer lugar de nuestras prioridades:

Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.  Este es el primero y grande mandamiento. (Mt.22:37,38)

El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. (Mt.10:37,38)

Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. (Mt.6:33)

Es Yeshua el Señor de su vida? Si es así, gran bendición tiene sobre su vida! Dios les guarde y les guie.